jueves, 25 de junio de 2015

No somos vasijas... ni tampoco tontas.

Llevo días queriendo escribir este artículo, pero gracias a una maravillosa mujer, si, han leído bien, MUJER, no vasija, tengo gran parte de mi tiempo ocupado cuidando de mi hijo. No entiendo por qué las llaman vasijas, son ustedes las que cosifican a estas mujeres, las insultan, las denigran llamándolas así. Ellas son mucho más: son mujeres fuertes, valientes, mujeres que pisan el suelo por donde pasan, capaces de cambiar las cosas, de ponerse el mundo por montera, de hacer algo tan hermoso como lo que hacen. Son dulces, cariñosas, empáticas, generosas… Tienen las cualidades que estoy segura que todas querríamos ver en nuestras hijas. Entonces ¿por qué las llaman vasijas? ¿Por qué las anulan de esa manera? ¿Por qué las reducen a un simple objeto? Para nosotras son nuestra familia. Se merecen todo nuestro respeto, todo vuestro respeto, el respeto de toda la sociedad.

Pero voy a lo que iba, que me entretengo por otros derroteros. Yo hoy iba a contestar a su manifiesto. Hablan ustedes de que la gestación subrogada niega a las mujeres su derecho a decidir. Perdonen, pero no lo entiendo. Hace unos meses veía con orgullo como ustedes, y muchas más mujeres, se rasgaban las vestiduras ante el intento de modificación de la ley del aborto. Con gran acierto apelabais al derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, ¿Quién era la sociedad para decidir por nosotras? No necesitamos que nos protejan de nuestras decisiones. ¿Dónde quedó eso ahora? Se les olvidó decir que creen que la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo siempre que esa decisión coincida con lo que ustedes consideran correcto. Perdónenme pero eso no es libertad. Si el feminismo supone pasar de una sociedad patriarcal y paternalista donde el hombre (padre, marido, ginecólogo) decide por nosotras que es lo que podemos o no podemos hacer, para pasar a estar bajo el yugo de otras mujeres que nos tratan como idiotas sin capacidad de decidir, entonces, yo me bajo del barco. Dejen decidir libremente a la mujer sobre su propio cuerpo, como tanto han reivindicado otras veces. Y si una mujer libre y voluntariamente quiere ayudar a otras personas a ser padres y decide gestar el bebe de otros, dejen que lo haga. Las mujeres no somos tontas, sabemos lo que hacemos.

Hablan ustedes también de que la gestación subrogada priva a las gestantes, bueno, vasijas según ustedes, del derecho a decidir sobre la crianza y educación del menor que gestan. ¿Es que no han comprendido nada? Ellas no quieren tener otro hijo, ni criarlo, sólo quieren ayudar a que otras personas puedan hacerlo. De todas formas, siguiendo su línea argumental me pregunto ¿qué pasa entonces con los donantes de óvulos y esperma? A fin de cuentas, una gestante lleva al bebe en su vientre durante 9 meses pero luego no hay físicamente nada que pueda relacionar a esa mujer con ese bebe. Pero en el caso de la donación de gametos si que hay una relación genética de por vida. ¿Por qué aceptan entonces la donación de esperma? ¡Si estamos privando a esos hombres de decidir sobre la crianza de sus hijos genéticos! Pero claro, aquí las cosas son diferentes porque les toca de cerca. Y si la mujer quiere ser madre en solitario, algo que tanto se aplaude desde el feminismo, un importante símbolo de la fuerza y la independencia de la mujer, necesita de un donante de esperma. Y claro, si prohibimos la donación de esperma por el mismo motivo que ustedes quieren prohibir la gestación subrogada, pues se nos viene abajo la maternidad en solitario… necesitamos al hombre. Por favor, ¡vale ya del doble rasero!

Se quejan amargamente de que si la gestante decide unilateralmente alterar las condiciones del contrato, tendría consecuencias para ella. Pero ustedes, ¿en qué mundo viven? Los contratos, por cierto, pongo definición según la RAE por si no lo tienen muy claro: “Pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas.” Como decía, los contratos están para velar por los derechos de ambas partes. Y eso pasa en todos los ámbitos de la vida. Y si una de las partes intenta cambiar unilateralmente las condiciones, tendrá consecuencias. No veo que alguien contrate a un arquitecto para construir una casa, le construya un puente y queden todos tan amigos, ¿no? ¿Y eso vulnera los derechos del arquitecto? Por favor, seamos realistas.

Por cierto, me gustaría hacerles una pregunta. ¿Por qué en su web no hablan sobre países como USA, Ucrania o Georgia? Veo como una y otra vez hablan de forma obsesiva de las “granjas de mujeres” en la India, dando la errónea sensación de que en todas partes es así. La India es la excepción, no la norma, y es el ejemplo más claro de la importancia de regular este proceso, de hacerlo con una ley justa y clara que vele por los derechos de todas las partes (como ya ocurre en otros países que he nombrado). Una última cosita que creo que se les ha pasado por alto sobre la India: Los españoles no podemos realizar una gestación subrogada allí desde enero de 2013, así que dentro de un debate en España creo que usar ese ejemplo está un poco desfasado.

Podría rebatir uno por uno cada uno de los puntos de su manifiesto, pero no es mi ánimo extenderme tanto para resultar aburrida. Pero a groso modo les diré que si es inadmisible que “las capacidades reproductivas sean compradas” entonces no por qué no atacan a las clínicas de fertilidad y prohíben la donación de óvulos y como no, la de semen, pobres hombres, siendo ordeñados como vacas para comprar su capacidad reproductiva. Que si, como dicen, el altruismo de la mujer sólo da la imagen de “seres para otros” hay que prohibir tajantemente que las mujeres colaboren con ONGs. De verdad, revisen sus razonamientos, puestos en cualquier otro ámbito suenan completamente absurdos. Sobre otras lindezas que han dicho en su manifiesto mejor ni las menciono, creo que caen por su propio peso.

Eso si, una cosa les voy a pedir: dejen de usar la palabra "alquiler". NADIE alquila a la mujer, ni su vientre, ni su útero ni su capacidad reproductiva. No creo que cuando ustedes contratan a una fisioterapeuta para curarles una contractura la alquilen, ni alquilen sus manos ni la capacidad curativa que conllevan, ¿no? Nosotras tampoco. Así que, por favor, dejen de insultarnos, a nosotras y a ellas, que son parte de nuestra familia y las queremos con locura.